viernes, 19 de julio de 2013

Secuestro del Estado del Bienestar

Tuve que realizar ayer un viaje relámpago a Valencia para realizar unas gestiones, una ciudad en la que nunca había tenido la oportunidad de estar hasta ahora. La impresión inicial fue increíble, pasear por el jardín del Túria era francamente sensacional. Mi camino me llevó a cruzar más adelante por lo que parecía ser una oficina de la consejería de infraestructuras, territorio y medio ambiente. No lo sabía por ese entonces, simplemente vi algo que captó mi atención y crucé la calle para acercarme y verlo mejor, mi sorpresa fue mayúscula.






Había en torno a una docena de mensajes de personas que se encontraban en situación de exclusión social o al borde de serlo. Fue entonces cuando me giré y vi la oficina de la conselleria. Mientras sacaba estas fotos me observaban una mujer que me figuro que trabajaba allí y un hombre que estaba en la recepción con cara de disgusto y notable nerviosismo.

Proseguí mi viaje mientras me preguntaba acerca de la realidad de Valencia, ¿estaría tan mal la situación? ¿Realmente habría tanta gente en una situación tan precaria? La respuesta no se hizo esperar mucho, apenas cinco minutos andando. Junto a un edificio que pertenecía al ayuntamiento de Valencia dedicado a las actividades de día para personas mayores pude ver la siguiente imagen:


Eran algo menos de las 8 de la mañana, el día apenas acababa de comenzar. Proseguí mi camino tras realizar unas gestiones y al pasar por delante del Hospital General Universitario de Valencia pude ver otro hecho que llamó mi atención. Un pasajero se montó en un taxi y el taxista de atrás sería un señor de unos 55 años. En lugar de arrancar el coche y mover su coche hacia adelante, se apeó y empujó su taxi para evitar gastar dinero que no le sobra. La taxista de atrás sería una mujer de unos 35 años, hizo lo mismo. El resto de taxistas se apearon y se preparaban para hacer lo mismo. Debía de hacer unos 30 grados ya a esa hora pero la crisis no parece hacer distinciones ni con la edad, sexo o condiciones meteorológicas, simplemente arrasa por donde pasa. Las condiciones laborales de los trabajadores son sólo un estigma del pasado relevado a un segundo plano, los tiempos mejores parecen haber quedado atrás.

Cogí la avenida del Cid para dirigirme hacia el centro de la ciudad. A lo largo del camino pude observar varios anuncios sobre ofertas de pisos entre 36.000 € y 48.000 €. Según las descripciones eran pisos de 70 metros cuadrados en adelante, parece que tenían ascensores, alguno incluso 3 habitaciones. Estamos hablando de una zona que se encuentra a entre 1 y 2 kilómetros de pleno centro de Valencia. ¿Cuánto dicen que valen los pisos del SAREB? Lo más barato que veo en la SAREB en Valencia es un piso por 39.000 euros en las afueras aproximadamente a unos 5 kilómetros del centro. Deduzco que si veo tantos anuncios y por precios más bajos en mejores condiciones quiere decir que el precio de las viviendas es bastante probable que siga apuntando hacia abajo en lugar de hacia arriba debido a la sobreoferta existente de viviendas a la venta y la caída en su demanda.











Me gustaría saber cuál es el valor exacto de las masas patrimoniales del SAREB y el conjunto de viviendas exactas que posee así como el valor de sus activos a precio de mercado, no al precio que tienen establecido en su contabilidad. ¿A cuánto asciende la diferencia? Y más importante, ¿quién va a asumir esas pérdidas cuando el SAREB declare que no puede devolver todo el dinero invertido en su plan de negocio? Ésta última pregunta es retórica, obviamente (sic).

Todavía en shock por los mensajes que había podido leer a primera hora de la mañana rogando por auxilio me dirigí hacia el centro reflexionando sobre lo que el ayuntamiento había hecho o estaría haciendo por arreglar esta situación. La respuesta obviamente pasa por la manera en que se distribuyen los recursos disponibles en los presupuestos. Viendo la impresionante plaza de toros que trata de emular al coliseo en una versión más pequeña hallo la respuesta.

Cual caballero en el Lazarillo de Tormes, en Valencia se preocuparon demasiado por su fachada e imagen descuidando las necesidades más básicas de su población. Podríamos decir que en Valencia se ha tratado de empezar a construir la casa por el tejado, si lo prefieren. La prioridad básica del reparto de recursos debe pasar porque todos los ciudadanos tengan cubiertas sus necesidades básicas, entre ellas tener una vivienda, garantizadas por la constitución dicho sea de paso. No podemos preocuparnos por cosas como el ocio o la estética sin antes tener cubiertas necesidades tan básicas como el disponer de un techo donde dar cobijo a la familia.

Todo esto se confirma con el coste de casi 1.300 millones de euros destinado a la Ciudad de las Artes de Valencia. Con todo este dineral invertido parece sorprendente que alguno de sus edificios sufra goteras, no obstante, al arquitecto se le pagaron sus suculentos 94 millones de euros. Se podría decir que el agujero que debe tener es tan grande como el que tiene el presupuesto de la Comunidad Valenciana, quien el año pasado tuvo que pedir el rescate oficialmente al Estado. ¿Ha cambiado de dirección la Comunidad Valenciana? No lo parece, se ha financiado recientemente 1,5 millones de euros en la construcción de campos de rugby, softball y béisbol.



En la foto se puede ver a un sin techo con todas sus pertenencias en un carrito mientras observa las construcciones megalómanas de la ciudad de las artes. No creo que le hubiese ayudado saber que solo con esos 1300 millones que costó la Ciudad de las Artes podrían haber ayudado a 100.000 familias subvencionándoles un alquiler durante dos años. No es necesario desplazarse hasta la India para ver este tipo de contrastes entre la grandeza y la pobreza extrema.

Sospecho que no falta mucho para que volvamos a redescubrir lo que es una unión popular o un movimiento social que provoque cambios en nuestra manera de pensar y percibir las cosas que nos rodean. De hecho, creo que este cambio ya está en marcha aunque tardará tiempo en ser visible.

Me gustaría concluir este pequeño reportaje enviando mis mejores deseos para todos los afectados por los desahucios y en general para todos los que hoy están padeciendo penurias por esta crisis. Es el momento de que hoy estemos unidos y nos ayudemos entre nosotros. El Estado parece cada vez menos propenso a encontrar soluciones que nos den una salida viable a esta crisis que estamos atravesando. Cada vez parece más claro que los que gobiernan son parte del problema y no de la solución.

Ayer no tenía un cartel que poner allí, pero si hubiera podido poner un cartel, esto es lo que habría puesto en aquella oficina de la conselleria que había al lado de la Carrer del Nou d'Octubre:

No estais solos, el pueblo está con vosotros. Ánimo.

Roberto

2 comentarios:

  1. debemos tener mucho cuidado, el Mundo no aguanta el feroz desproposito de ataque de los gobiernos Neoliberales, es muy grande la brecha entre ricos y pobres, los gobiernos deben pensar como dar trabajo. salud.estudio. vivienda, y sobre todo respeto social, cuando se logre todo esto(que no es dificil) ellos mismos veran que sus pueblos responderan al pedido de engrandecimiento de sus paises.

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  2. Ya he vuelto de viaje. No había tenido que hacer uso de la moderación de comentarios para eliminar aportes de otros usuarios hasta el momento pero me he visto en la obligación de hacer uso de dicha herramienta. A pesar de que yo expongo mis ideas y opiniones este blog no se identifica con ninguna ideología concreta, aquí son bienvenidas todo tipo de opiniones e ideas. También se puede realizar cualquier aporte que considere constructivo siempre y cuando se haga desde el respeto. Aquellos aportes que no reunan esa característica básica que permita la comunicación entre personas que somos, serán borrados a la mayor brevedad posible.

    Saludos

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